Desde los tiempos de la universidad cuando leí los ensayos de Dijkstra yo me identifico como un programador (para ser exactos estuve dedicado a vendedor de tecnología durante 15 años, pero esa es otra historia). Lo que yo hago es programar sistemas que tienen que ver con la lógica del negocio. Rara vez hago una simple página web. Pero la médula de lo que hago es programar. Sin embargo, estas recomendaciones profesionales, donde nos advierten que promocionarte como programador es colocar una fecha a tu despido me hicieron reflexionar. El problema es que para los funcionales (esa gente que sabe cómo funciona la compañía, usualmente los dueños,  el gerente de finanzas o el gerente general) los programadores son un gasto con una dudosa importancia que se la pasan trabajando en unos activos de alta depreciación llamado equipos de computación que son bien costosos de mantener. La lógica de negocio normalmente es simple, pero cuando pasa por el filtro del departamento de TI (tecnologías de información) se convierte en griego con acento chino. Es decir, incomprensible. Como vendedor tuve innumerables reuniones con estas personas (por ejemplo con el gerente de finanzas de un banco con 2000 agencias) y al oirlos hablar descubres la sencillez con que explican cómo funciona el negocio. Y ellos esperan esa misma sencillez pero traducido en términos informáticos claros. Así que la interacciones con ellos debe ser en términos de lógica de negocios. No en términos de que el driver de mysql de php debe estar instalado en /etc, o algo por el estilo. Así que soy un especialista en automatización de lógica de negocios. Encantado.

Claro esto ha tenido algunas respuestas con argumentos realmente débiles y que se salen del punto. No se trata de ocultar, o ir al grano, o hacer honor a la verdad cuando decimos a qué nos dedicamos. Si de esto último se trata, en honor a la verdad yo dedico menos del 50% a programar. La mayor parte del tiempo lo dedico a traducir en términos computacionales  reglas de negocio. Si eso es “programar” o no, no es exactamente el punto, sino que es sano traducirlo a algo que los funcionales puedan entender. Por razones profesionales y de sentido común es una buena práctica no comenzar a hablar en téminos legales como hacen lo abogados o en términos médicos como hacen los doctores. Los que no saben nada de eso van a preguntar de todas formas: “¿puede explicar eso en español?” .