¿Cómo se siente, Florentino?
El día comenzó como suelen comenzar
estos días. Sentí el agotamiento del día anterior (estuve hasta las 11 de la
noche programando un sistema de configuración para activar/desactivar los stencil
buffers, el zbuffer y seleccionar los bitplanes del engine de mi juego), así que me cepillé los dientes con la fuerza y el vigor suficientes para afrontar el día que me esperaba. Desayuné rico, hablé de tarot y cartas astrales con una vecina en mi mundo sucedáneo (ese también es una universo paralelo), descendí a mis recuerdos de 26 años atrás, y aterricé aqui en mi oficina, escriendo este blog, dos emails, y un html, todo al mismo tiempo. Interesante. Ya me estoy acordando de mi dolor de cabeza. Me siento como Florentino: como si me hubieran dado una paliza con todos los palos del monte, y eso que no me tomo un escoch desde el sábado, cuando celebré la graduación de mi hija. Vale. Post scriptum: lo de Florentino lo dije más por la novela de Gallegos que por alguna otra asociación de ideas.