De idiotas y farsantes
“Es más importante estar en lo correcto moralmente
que en los hechos”
(sic) alguien en el público
Idiotas
Se siente una especie de liberación, un alivio, cuando etiquetas a alguien de idiota, porque ya no te tienes que ocupar o preocupar por él (o ella), ya no le tienes que prestar atención y tratar de entenderlo, es un idiota, a nadie le importa. Eso se ha convertido en un hack para anular a una persona, un truco para ignorar a esa persona, lo clasificas como idiota y listo, está descartado. Pero como todo poder o habilidad tiene su sección de precauciones. Úsese con cuidado.
Gánate unos puntos eliminando MongoDB
Interesante este artículo sobre un Startup que decidió cambiar MongoDB a PostgreSQL. Hace años quise ver cuál era el revuelo sobre MongoDB y comencé a aprender cómo usarlo, he inclusive estuve viendo algunos proyectos que requerían su uso. 5 minutos después salí corriendo, como si mi vida dependiera de ello. Yo no soy muy dado a hacer algo simplemente porque está de moda, y la fascinación que había en los Startup’s con MongoDB siempre me pareció sospechosa. Era como el sushy: todo el mundo quería comer sushi, y era chic saber cuáles eran los mejores restaurantes sushi de la ciudad. Yo pasé años diciendo que eso era simplemente pescado crudo mal sazonado, y que no entendía la novedad. La gente me miraba con los ojos desorbitados. Bueno, lo mismo pasaba con MongoDB, era una blasfemia hablar mal de esa tecnología. Pues bien, aquí está un hilo en hn despotricando, e inclusive llegando a “los amigos no dejan que sus amigos usen MongoDB” (“Friends don’t let friends use MongoDB”). Imagínate cómo cambian las cosas.
Hemos confirmado que ahora somos un poquito menos ignorantes.
El pasado 22 de enero murió Arno Allan Penzias, físico y radio astrónomo, quien junto a otros confirmó la existencia de la nube de radiación cósmica de microondas, uno de los tantos pasos necesarios para entender mejor el cosmos. Lo desafortunado fue el titular del New York Time: “Muere Arno A. Penzias, 90 años; el Nobel de Física que confirmó la teoría del Big Bang”, y digo desafortunado por la supersimplificación de ese titular. Es como una vez que estaba dando una presentación de una de las herramientas de Business Intelligence, que permite hacer análisis sobre data multidimensional (cubos OLAP) y dos personas que estaban adelante comentaron entre sí, “es como un manejador de archivos”. No es un manejador de archivos, permite hacer análisis, y no son archivos, son estructuras de datos altamente optimizadas.
Otra cosa que me resulta extraña, es que en esta discusión en hacker news sobre el tema realmente nadie dice que buena parte de la comunidad científica ya no está segura sobre el Big Bang. Tanto es así, que recuerdo que vi una presentación (perdí el enlace) donde el presentador pregunta a una audiencia compuesta de astrónomos y cosmólogos, quiénes creen en la teoría del Big Bang, y solamente la mitad de la audiencia levantó la mano. Yo no se si esto es posible, y estoy seguro que me van a desmentir, pero dentro de la comunidad científica es como un tema tabú hablar sobre la posibilidad de que estemos equivocados sobre el Big Bang, porque, creo yo, si efectivamente nos equivocamos (lo cual científicamente es normal) sería un horror porque entonces tendríamos que reconocer que no sabemos cómo funciona el universo.
Algo bizarro que no signifíca nada
No se si ya había reportado que que la palabra bizarro fue aceptada por la RAE en su acepción de algo raro e inusual. En inglés esta palabra siempre ha tenido ese significado, pero en español no. Pues, otra palabra interesante que tiene un significado diferente en español que el significado en inglés es ostensible: en inglés es algo que puede ser falso o no, mientras que en español es sinónimo de notorio, visible, patente. Con esta palabra no tengo ningún problema. Tal como está me parece bien. Porque de hecho el significado en español es el correcto, en base a su raiz etimológica. En inglés, al parecer, se distorsionó, por razones que sería interesante descubrir.
Volví con los farsantes
“Tú formas parte del equipo”, “estamos buscando un aliado”, “contamos contigo”, “esperamos tenerte en nuestro equipo”. Cuando un cliente me habla con estos clichés, comienzo a sospechar. Tengo tantos años trabajando como freelancer, que ya detecto las señales rápidamente. Literalmente dejo pasar un proyecto cuando el lenguaje es demasiado dulce y cariñoso: lo que vienen después son problemas. Todo ese discurso edulcoradado significa una sola cosa: voy a trabajar mucho y ganar poco. Cuando este patrón se volvió más que obvio empecé a rechazar estos proyectos. Prefería proyectos cuyo líder fuera más imparcial, menos comprometido con su bolsillo y mejor pagador.
Entonces, los accidentes pasan. Desde la pandemia para acá, el mercado freelancer cambió, mucha gente aprendió las bondades de trabajar desde casa, remoto, en pantaloncillos y pantuflas. En realidad, la mayoría de los trabajos de oficina no requieren que estés en la oficina: el commuting (el tiempo y el esfuerzo que empleas en ir del trabajo a la oficina y viceversa) es innecesario. No hay cifras oficiales, pero hoy en día, 4 años después, todavía hay un buen porcentaje que se rehúsa a regresar a la oficina (Amazon acaba de ordenar a sus empleados a regresar 5 días de la semana en la oficina. Update 27-09-24: Dell exige lo mismo a sus cuerpo de ventas, oficina 5 dias a la semana desde el 30 de septiembre) . Esa invasión de mano de obra tomó por asalto todos los mercados freelancers: no solamente eso, el mercado ha madurado, las empresas ya saben cómo maximizar el tiempo de los freelancers, minimizar costos, cambiar de freelances como cambian de toalla sanitaria, etc. Eso, junto con la ChatGPT y el resto del zoológico IA (Inteligencia Artificial) ha hecho que los proyectos sean más retadores, diferentes, que cualquier oferta tenga más de 50 cotizaciones a los minutos de ser publicada, y conseguir que un cliente se comunique contigo a se ha reducido a 1/30 cuando antes (hace 4 años) era 1/5, es decir, de cada 5 cotizaciones que hacía, al menos me llamaba un cliente y en un 70% o 80% de los casos se convertía en negocio.
El otro frente, el de los clientes directos uno por uno ha ido desapareciendo y ahora es casi imposible reemplazarlos. Algunos freelancers han decido regresar y emplearse en trabajos de 9-5 porque han llegado a situaciones desesperadas. Todo este contexto me ha llevado a considerar clientes que en el pasado hubiera rechazado en los primeros 15 minutos: ya no puedo hacer eso, no me puedo dar el lujo de perder clientes. Pero eso ha ocasionado que comience a interactuar con los clientes a los que me refería al comienzo: “Tú formas parte del equipo”, “estamos buscando un aliado”, lo cual se traduce en que voy a tener que trabajar durísimo y la paga va a ser mala, muy mala.
Creo que es hora del famoso plan B del que todos hablan.