El más grande tesoro de tu vida
No lo puedes tener todo en la vida. No. No puedes. O eres feliz o tienes un objetivo en la vida. No puedes tener las dos cosas al mismo tiempo. Para ser feliz debes despreocuparte del tiempo y del espacio. Ser un oriental: todo queda cerca, todo sucedió antier. Debes desprenderte. Debes ser, y olvidarte del tener y del deber. Tu única credencial debe ser tu propia persona. En cambio, para tener un objetivo en la vida debes examinar, estudiar y evaluar tu pasado para lograr tu objetivo en el futuro. El tener y el deber condicionan tu vida. Eres esclavo de tus metas, un lastimoso peón de lo que decidiste en tu pasado, lo que decidiste que deberías ser, lo que anhelabas, lo que querías y deseabas tener en un futuro que en realidad nunca llegará. Un futuro que soñabas pero que ahora resulta absurdo, sin sentido, tan ajeno a ti como lo son tus juegos infantiles. Ajeno pero propio al mismo tiempo.
Y ahora contemplaras el vacío. La nada. Para cuando mueras, apenas recordarás tus más preciados juguetes de cuando nada tenías y cuando nada debías. Cuando, bien saltando la cuerda o jugando canicas, cantabas la dicha de ser libre. Libre no de tus padres, no de tu gente, no de tus compañeros, sino libre de ti. Tú eres el más terrible carcelero, el más atroz verdugo, implacable, capaz de todo tipo de torturas, de las más crueles pruebas, de toda suerte de castigos. Eres el más despiadado dictador. Tú tienes el poder. No ayer. No mañana. Hoy. Tienes la llave que abre todas las puertas de tu pasado y de tu futuro. Basta que te liberes de las cadenas que te impusiste, que escapes de ti mismo, y vuelvas a saltar la cuerda y jugar canicas. Entonces reirás. Nunca ser alguno reirá tan lleno de dicha y alegría como tú. Descubrirás entonces lo mal que te sentías. Tu tienes la clave para llegar a esa ilimitada dicha. Solo tienes que abandonar tu objetivo de vida y decidirte por tu felicidad. Escoge ser feliz. La decisión es tuya.
No le creas a los majaderos de la vida. Te engañan. Te mienten. Inclusive tú te has mentido toda la vida al respecto. Tú has sido tu peor majadero. Oye tu voz interior. Hay alguien, tú, muy adentro de tí, que clama por un habeas corpus, que dice, con un aliento cansado pero lleno de vida, libérate. Sé tú mismo. Encuéntrate. Aquí mismo estoy. No al otro lado del mundo, no 20 años atrás o 20 años en el futuro, sino hoy y aquí. Oye la voz que grita desde tus adentros. Descubrirás alegrías insospechadas, dulces para el más exigente paladar, una música celestial digna de dioses. Escucha, mira, y olvida el ayer y el mañana. Encontrarás el más grande tesoro de tu vida: a ti mismo.