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El monje increpó al fantasma

26-08-2003 4:30 PM

El monje increpó al fantasma, casi
sacudiendolo fisicamente con las palabras: Callate. Luego volteó la cabeza,
y la soledad del calabozo le hizo reirse tristemente. Pensó que al menos
una mala compañía hubiese sido buena”. El problema de tener una gran
biblioteca es que a veces uno como compilador de historias, encuentra
muy difícil conseguir una “cita” dentro del caos de libros. Mucho más difícil
encontrar una cita en 200 libros digitales. Y eso que el buscador de los editores
suele ser bastante efectivo. Así que cuando estamos redactando la parte fundamental
de una historia (realidades alternas), nos encontramos estancados no necesariamente
por falta de inspiración, sino porque momentáneamente hemos perdido la referencia
que estabamos tratando de remedar, si se me permite la palabra. “El monje entonces
continuo su escritura. Los ojos le lagrimaban de tanto esfuerzo, y ya no sentía los
dedos entumecidos luego de sostener la pluma durante días enteros”. Bien, especulaba
yo sobre realidades ficticias: interesante, no se me había ocurrido las realidades
engañosas: ya en algún sitio había mencionado yo una teoria en relación a los platillos
voladores, en el sentido de que en realidad todo había sido una cortina de humo de los
sistemas de inteligencia de USA para ocultar la proliferación de naves espaciales,
misiles balísticos, y otros artefactos voladores cuya existencia el público no debía
conocer. Creando la idea de que se trataba de platillos voladores, y desmintiendo
adecuadamente esas historias, sería fácil desacreditar cualquier información sobre
objetos voladores no identificadores atribuyendola simplemente a otro reporte de un
platillo volador. ¿Genial? No: el 27 de diciembre de 1949, la Fuerza Aerea de USA
informó oficialmente que los platillos voladores no existían. ¿Y entonces? “El monje
volteó nuevamente, simplemente para cerciorarse…”.