Manejo en la autopista sintiéndome desafortunado y veo a un motorizado, bajo una lluvia inclemente, parado a un lado tratando de encender su moto pedaleando sin aliento. Reflexiono en silencio, y pienso que al menos eso no me podría suceder a mi porque yo no tengo moto. Sigo conduciendo bajo una lluvia obstinada meditando sobre mi infortunio, y veo a otro mala suerte intentando cambiar el caucho de su auto, al parecer sin mucha suerte porque está totalmente inclinado, arrodillado y con la cabeza pegada al piso, viendo la dimensión de su problema debajo de su vehículo. El universo me está enviando señales. Siempre hay una posibilidad de que las cosas vayan peor. O siempre hay posibilidades que no hemos visto u oportunidades que no hemos aprovechado. Algo positivo hay en toda situación, inclusive siempre hay algo positivo cuando el negativismo trata de arroparnos. Nos hacemos fuertes ante él. El dolor es la debilidad abandonando el cuerpo. Entonces, ¿cómo queda la luz de nuestra alma?