Yo no soy yo. Yo soy nosotros. Desde que era adolescente descubrí que había alguien más viviendo en mi cuerpo. Algunas veces es él el que habla. Otras veces soy yo. A veces hablamos atropelladamente los dos, y la gente no nos entiende. Él escribe cosas como esta:
Cada día. Al amanecer. Al anochecer. Cuando te sientas a la mesa. Cuando enciendes el televisor. Cuando abres el periódico despreocupadamente. Cuando un vecino te saluda: “¡Buenos días vecino!”. Cuando te miras al espejo: murmuras para tus adentros, resignado, revelado, descubierto: estoy viviendo una mentira que ni yo mismo me creo. La verdad me hace hipócrita…
En cambio yo escribo algo así como esto
Este sitio tiene un conjunto de librerías javascript que vale la pena revisar. Hay una librería para desplegar un archivo pdf, un decodificador de MP3 y una versión en javascript de bcrypt. Esto último me llamó la atención porque …
A él lo llamo agnas escritor, yo soy agnas programador. Él se cuela aquí a escribir sus tonterías, “oda al pesimismo”, “todos moriremos igual”, “el amor es un espejismo” y otros infantilismos. Pero él tiene sus momentos. Todos tenemos nuestros momentos. Pero él los tiene en forma hiperbólica. Son extraídos de un universo que no se parece al que podemos palpar, aquí, ahora. Pertenecen a un espacio y a un tiempo diferente. Leemos:
Lo que la gente no entiende de las oportunidades es el componente “una sola vez en la vida”. Creemos que esto que vivimos estará esperando que nos decidamos. Nada más alejado de la realidad. Cuando visualizamos un nuevo camino que nos conducirá al destino que hemos esperado toda la vida, tiene un letrero en letras de neón, brillante, imposible de no ver, que dice nítidamente, “solo una vez en la vida”, “por pocos minutos”, “aproveche ahora”. Es increíble que, recelosos, dudemos, y desechemos la oportunidad, sin siquiera pensarla. A lo mejor es nuestra última oportunidad de ser felices, y la olvidamos sin más, como si fuera propaganda barata. No lo es. Las oportunidades siempre lucen como propaganda barata. Parecen el aviso publicitario de un circo. Generalmente no lo son, están confundidas, camuflageadas buscando de escabullirse subrepticiamente y huir de tu felicidad. Y ahí está el truco. Saber pescar esos tímidos y huidizos relámpagos vitales. Indescifrables. Indetectables. Pero que pueden transformar nuestra vida.
¡Santo estiércol! No se me ocurre nada. Es como una vez que dí una presentación en psicología en 4to año. Quizás una de mis primeras presentaciones. Todo el mundo se quedó callado. Cuando pregunté qué pasó, por que no dicen nada, la respuesta fue algo así como “no se me ocurre nada que decir”. O cuando leemos aquella metáfora de García Márquez: “el ambiente estaba tan húmedo que los peces podían volar por el aire…”. Ese es quizás el problema de agnas-escritor, transita su vida en el silencio, no despierta sino un éxtasis lacónico que puede ser admiración o repulsión por tanto sin-sentido. O tanto “así es”.
Por todo eso tengo a agnas-escritor encadenado y confinado al tractac. “La verdad nos hace hipócritas” no aparecerá aquí en este blog. Tendrá que abrir otro en alguna parte. Si es algo que valga la pena, de esas cosas que puedo colocar en la categoría “Así es”, bueno tal vez lo permita en el tractac. Pero el resto no. He decidido dejar atrás ese sin-sentido que viví en el 2004-2007, ese período signado por una ebriedad mental donde solamente podían germinarse perlas como “La verdad nos hace hipócritas”. Me parece increíble que agnas-escritor siga pensando de esa forma. Estos no son tiempos para estar pensando en eso…
Post escrito la noche de Halloween… agnas-escritor