Interesante discusión sobre la procrastinación: suele atribuirse a falta de disciplina, o simple pereza. El autor sugiere que la procrastinación es el resultado de nuestra lucha interna por la libertad, de separarnos de un “yo” interior que nos ordena hacer nuestras tareas, un ser que nos maltrata y nos tortura como un dictador: “¡hazlo!”, “¡hazlo ahora!”. El autor sugiere como solución revisar la forma como nos hablamos a nosotros mismos, dejar de castigarnos y reconocer nuestra tendencia natural a trabajar productivamente (sic). Yo he trabajado en profundidad esto y he descubierto que no importa lo que hagamos, siempre conseguiremos una excusa para procrastinar.  Entre ellas mi favorita, la búsqueda de la perfección: no trabajo porque mis ideas y mi inspiración “en este momento” me hacen sospechar que el resultado será de calidad dudosa, por lo que es mejor que lo deje para más tarde, cuando me sienta “más inspirado”. Por lo pronto, y como no quiero procrastinar más, aquí están unos…